Visita al Centro Atómico Bariloche

La ciudad de San Carlos de Bariloche se ubica en las orillas del gran lago Nahuel Huapi (de origen glaciar y 557 km² de superficie) Es, durante todo el año, un importante punto turístico de la Patagonia Argentina. Desde allí, recorriendo algunos kilómetros sobre la costa del lago en dirección oeste por la Ruta Provincial 237 (se puede arribar perfectamente en transporte público, desde el centro o desde la terminal de ómnibus), llegaremos al Centro Atómico Bariloche. El Centro es un sector interdependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la institución argentina orientada a la investigación y desarrollo en materia nuclear. Allí mismo también funciona el reconocido Instituto Balseiro, una institución pública y gratuita donde se dictan carreras de grado en física, ingeniería nuclear e ingeniería mecánica, y en donde todos los estudiantes reciben becas completas para así poder tener una dedicación plena al estudio.

Entrada el Centro Atómico Bariloche

Una vez en la entrada, lugar donde uno debe anunciarse, aguardé unos minutos la llegada de Marcelo Nemirovsky (RR.PP.), la persona de contacto con quien acordé la visita, el cual estaba acompañado por Gilda Santarsiero (encargada de prensa). Ambos, muy amablemente, me guiaron durante la estadía en el Centro. Era un espléndido día de sol, lo que fue muy bueno ya que el predio es grande y el recorrido entre cada punto es a pié. Mientras nos acercábamos a la primer parada pasamos por varios edificios, entre ellos la biblioteca, dormitorios, viviendas, centro médico, escuela, entre otros. Una pequeña ciudad, de calles arboladas, jardines verdes y vista a las montañas nevadas.

Enzo De Bernardini, Gilda Santarsiero y Marcelo Nemirovsky

La primer parada del recorrido fue en el Reactor RA-6. Fue inaugurado en 1982, y se trata del primer reactor de investigación construido enteramente por el INVAP para la CNEA. Posee una potencia térmica de 500 KW y utiliza como combustible siliciuro de uranio (U₃Si₂) de bajo enriquecimiento (20% 235U). Es del llamado diseño de "pileta abierta" y utiliza agua liviana (agua normal, purificada) para la refrigeración.

Antes de acercanos a ver el reactor, Marcelo brindó una charla introductoria sobre los principios de la energía nuclear y el funcionamiento del RA-6 en particular, en una sala donde se encuentra una réplica operativa, para fines educativos, de los controles del reactor. Tuve la oportunidad de hacer preguntas sobre muchos detalles interesantes relacionados al tema, siendo todo una muy buena introducción para posteriormente ver el RA-6.

Parte superior del reactor RA-6

Al momento de la visita el reactor se encontraba en plenas tareas de mantenimiento. No estaba operativo, y varios especialistas trabajaban sobre él. En la imagen puede verse la parte superior del mismo, en donde se tiene acceso a la pileta de agua. En las profundidades de esta pileta es donde se encuentran las vainas con el combustible nuclear. El agua sirve tanto de refrigerante como de aislante, ya que la columna de líquido sobre el combustible impide que la radiación escape. El agua se encuentra en un circuito cerrado, nunca vuelve al exterior, y solo se añade nueva agua cuando es requerido (por un pequeño porcentaje de evaporación).

Realmente muy interesante. Solo queda pendiente algún día ingresar a la sala del reactor y verlo en funcionamiento, ya que tengo muchas ganas de admirar por mi mismo el fantástico efecto Cherenkov, del que he leído, visto fotos (incluso fotos tomadas en el RA-6) pero, claro, nunca observado de forma directa.

Siguiendo el recorrido, Marcelo y Gilda me presentaron a Hernán Asorey y Xavier Bertou, dos investigadores que trabajan en el Proyecto Pierre Auger (el Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger se encuentra en la ciudad de Malargüe, provincia de Mendoza, Argentina) Con ellos y con Mariano Gómez Berisso estuvimos charlando sobre interesantes detalles del proyecto, desde el posible origen de los rayos cósmicos, hasta las aplicaciones del observatorio en áreas paralelas de investigación. Gracias a la cobertura sobre el terreno que ostentan los detectores de superficie (dispuestos sobre un área de 3000 km²) y los instrumentos que posee cada uno de los 1600 de estos detectores y en los 4 telescopios de fluorescencia atmosférica, se tiene un gran potencial para realizar todo tipo de estudios.

Mariano Gómez Berisso, Hernán Asorey, Xavier Bertou y Enzo De Bernardini

Una charla muy amena, y realmente toda una oportunidad de estar en contacto directo con investigadores trabajando activamente en temas de primer nivel.

Terminado el recorrido, y muy agradecido a Marcelo y Gilda por la hospitalidad brindada, me encontré allí mismo con Guillermo Abramson, autor del excelente libro "Viaje a las Estrellas" (ver reseña) y del blog "En el Cielo las Estrellas", el cual les recomiendo seguir. Guillermo es investigador del CONICET y trabaja en el Centro Atómico Bariloche, en el Grupo de Física Estadística e Interdisciplinaria, aparte de ser un gran astrónomo aficionado.

Luego de almorzar en el comedor del Centro, Guillermo me llevó a recorrer diferentes laboratorios, incluyendo los de bajas temperaturas, pasando por habitaciones con fuertes campos magnéticos, otras con microscopios electrónicos de primer nivel y encontrándonos con varios investigadores en plenas tareas. Pasamos por la biblioteca, donde se pueden comprar algunos recuerdos de la visita, pero no sin antes detenernos en el manzano de Newton: un árbol plantado frente al edificio de la biblioteca, que es producto de un gajo del manzano original que Sir Isaac Newton tenía en sus jardines.

Los que deseen conocer el Centro Atómico Bariloche, pueden encontrar la forma de contacto aquí. Deben primero acordar una fecha y hora de visita, mencionando la cantidad de personas que estarían ingresando. Luego se les pedirá los datos requeridos de cada una de ellas. Pueden concurrir tanto escuelas como el público en general, siempre teniendo en cuenta que el clima debe ser favorable (sin lluvias)

Si es un entusiasta de las ciencias naturales, sobre todo de la física, y se encuentra en las cercanías de Bariloche, no pierda la oportunidad de visitar uno de los centros de estudio e investigación más importantes del país. El Centro Atómico Bariloche los recibirá muy bien, entre los árboles y montañas de la Patagonia, pudiendo estar en contacto con tecnologías y expertos que responderán a todas sus consultas.

Agradezco a todos los que me han recibido tan amablemente en esta visita, a Marcelo y Gilda por el recorrido, Hernán, Xavier y Mariano por la interesante conversación sobre el Pierre Auger y temas de ciencia relacionados, y a Guillermo, quien muy gustoso me ha llevado a conocer muchos interesantes lugares dentro del Centro. Mi sincero agradecimiento a todos ellos.