El Museo Galileo

Florencia, la ciudad capital de la región de Toscana, Italia, alberga una cantidad de museos y obras de arte que llega a deslumbrar al más viajado de los entusiastas. Por esta espléndida ciudad cuna del renacimiento han caminado personajes de la talla de Dante Alighieri, Michelangelo Buonarroti, Leonardo Da Vinci, Galileo Galilei y muchos otros, habiendo sido un importante centro comercial y financiero medieval, y hogar de la influyente familia Medici. De entre los museos que se pueden visitar se destaca en el área de las ciencias el Museo Galileo. El mismo fue inaugurado en 1930 por la Universidad de Florencia bajo el nombre de "Istituto e Museo di Storia della Scienza", pasando a llamarse "Museo Galileo" en 2010.

Las contribuciones a la colección del Museo Galileo son obra principal del mecenazgo de la Casa de Medici, iniciado por la llegada de Cosme I, quien orientó la temática cultural de la región a la promoción de las ciencias. Comenzó con la colección de finos instrumentos científicos, ideando la Sala de los Mapas en el Palazzo Vecchio (a poca distancia del Museo Galileo), siguiendo varios destacados miembros de esta familia la misma línea cultural en diferentes áreas a través de la historia. La cantidad de instrumentos continuó creciendo, distribuida en varios sitios, siendo uno destacado la gran Galleria deglii Uffizi, que guardó entre su colección la lente objetivo del telescopio de Galileo con la que descubrió los cuatro principales satélites de Júpiter en 1610.

Con el transcurrir de la historia la gran colección sufrió altibajos y algunos descuidos. La gran tarea de revalorización sucede en tiempos de la inauguración del actual emplazamiento, siendo el Museo Galileo heredero de gran parte de esta colección de los instrumentos.

Como a todos los grandes museos de Florencia, al Museo Galileo se puede llegar a pié. Se ubica a orillas del río Arno (que cruza la ciudad prácticamente de este a oeste), a unos 200 metros del emblemático Ponte Vecchio y a unos 650 metros del gran Duomo, punto referencial en la ciudad. Ya antes de ingresar al museo se destaca la temática astronómica con un reloj de Sol que a horas del mediodía proyecta su sombra directamente hacia las puertas del museo, con marcas de horas y fechas sobre el suelo.

El recorrido por las primeras salas se inicia con variedad de relojes de Sol, de curiosas formas poliédricas, y diseños y funcionamientos creativos. Se pueden ver astrolabios, nocturlabios, esferas armilares y globos celestes. Algo que se destaca todo a lo largo de la colección es que los objetos no son solo herramientas de medición o referencia, sino auténticas obras de arte, estando la atención tan centrada en la calidad del instrumento como así también en sus finos detalles decorativos y terminaciones adornadas.

La colección de globos celestes continúa la línea científica y artística del museo. Las figuras de las constelaciones se encuentran detalladamente ilustradas con las imágenes clásicas representativas. Cercanos a los globos celestes se encuentran también los globos terráqueos y los mapas, con sus antiguas líneas continentales trazadas según los conocimientos geográficos de la época, nombres de regiones, mares, vientos y otros detalles.

Con el nombre que bien lleva el museo, no es de extrañar que una de los objetos mas destacados sea el telescopio original de Galileo Galilei y una de sus lentes objetivo. Esta pieza única que data de 1609, hecha de madera y forrada en piel con grabados dorados, es uno de los solamente dos telescopios que se conservan del gran astrónomo. Fue donado a Cosme II luego de la publicación de Sidereus Nuncius (1610). Cercana al telescopio, la lente objetivo original que utilizó Galileo completa la escena en la que de seguro es una de las vitrinas mas preciadas para todo entusiasta de la astronomía.

Otros telescopios, muchos de ellos para uso terrestre, también suman a la temática astronómica. El mayor de todos es el telescopio Amici I de Giovanni Battista Amici, que data de la primer mitad del siglo XIX, con 5.1 metros de longitud, hecho de madera y latón.

Luego que los Medici dejaran de gobernar Florencia en 1737, el Gran Ducado pasó a la familia Lorena, quienes continuaron patrocinando el desarrollo de las ciencias. Fue en las salas del Palazzo Torrigiani que en 1775 se inauguró el Imperial y Regio Museo de Física e Historia Natural, que dotaron de moderna instrumentación y laboratorios donde trabajaban expertos en diferentes disciplinas.

De esta forma continúa la colección, con variedad de termómetros, microscopios, relojes, y todo tipo de instrumental mas moderno, incluyendo el relacionado con el inicio de la comprensión de la electricidad, la química y las ciencias médicas.

Luego de la visita y caminando unos 500 metros, se puede llegar hasta la Basilica di Santa Croce, donde se encuentra la imponente tumba de Galileo. Esta antigua basílica se comenzó a construir en 1294 y es hogar de varias destacadas obras de arte.

El Museo Galileo es una parada obligada a todo aquel entusiasta de las ciencias, y en especial de la astronomía, que tenga la oportunidad de visitar Florencia, ciudad en la que el gran legado Medici llega hasta nuestros días en forma de construcciones, colecciones de arte e instrumentos de ciencia, con una influencia tal que la ciudad continúa en cierta forma bajo el patrocinio de la influyente familia.

El recorrido completo al museo puede realizarse en unas dos horas, y tanto el valor de la entrada como los horarios de apertura pueden consultarse en el sitio web del museo.